20 febrero 2013

Escribir-te-me

No muchos años después de haber aprendido a leer y escribir descubrí que yo era más yo cuando me ponía delante de un papel y simplemente me dejaba llevar por mis pensamientos, mi imaginación y mis emociones.

Con el tiempo, mucho tiempo, dejé que otras personas leyeran algunas de las cosas que escribía,  y para mi sorpresa resultó ser del agrado de todas ellas. Después surgió El Mundo de Angie. Abrir mi blog, con todo lo que ello conllevaba fue todo un descubrimiento, al que le dediqué mucho tiempo y que me aportó mucho. Conocí a multitud de blogueros de los que aprendí mucho, de sus diferentes o similiares estilos al escribir (siempre he pensado que detrás de algunos blogs se esconden verdaderos genios esperando a ser descubiertos). Que mi forma de contar las cosas transmitiera y provocara emociones en toda aquella gente que alguna vez leyó algo mío, fue una experiencia de retroalimentación maravillosa y tremendamente enriquecedora, con la que aprendí mucho. Además me acostubré a escribir con mucha más frecuencia sin ningún esfuerzo y sé que evolucioné en ello.

Hubo un tiempo en que el mundo de los blogs vivió una etapa gloriosa. Y no sé si es percepción mía, por mi abandono del blog, o es la tónica generalizada, pero el caso es que el mundo de las redes sociales los ha desbancado en gran medida. O al menos, mis redes sociales han desbancado a El Mundo de Angie. Hecho que en el fondo me apena bastante.

El caso es que, en mi blog o en mi habitación delante de un papel, el ritmo de vida acelerado, la ocupación de mi tiempo en muchos otros menesteres, han hecho que pierda esa soltura que tenía hace tiempo, esa fluidez de palabra al ponerme a escribir, y  han hecho que mi capacididad de inspiración, no ya para inventar historias, sino simplemente para escribir a modo terapéutico, se vea seriamente mermada. Hace tanto tiempo que no me siento delante de un papel, que ni recuerdo cuando fue la última vez que lo hice medianamente en serio. Y me da rabia.

Me da rabia porque sé que en el fondo la pereza es una de las grandes causas. Porque sé que, en el momento que pusiera un poquito de interés en ello y mis dedos se lanzaran de lleno a llenar de tinta un papel o comenzaran a golpetear las teclas, saldría una historia, saldría una reflexión hecha palabra. Mejor o peor, eso ya es otra cuestión, pero saldría. Como ahora mismo justamente, que al entrar en mi blog, de repente he sentido la necesidad de pulsar en "nueva entrada", aún sin tener nada claro qué iba a acabar escribiendo.

Siempre lo he pensado: sin escribir, Angie no es la misma Angie, es así aunque no quisiera. Me siento menos yo. Siento que tengo muy descuidada una parte de mi que siempre ha sido muy importante para mi. Y eso no me gusta. Hace un par de días leí una frase, no recuerdo de quién ahora mismo que decía lo siguiente: Nunca encontrarás tiempo para nada. Deberás crearlo tú mismo. ¡Y no puede ser más cierto! Todo lo demás son excusas.

Últimamente, no es que quiera intentar volver a escribir, es que necesito volver a escribir. Pero no necesito inventar historias, necesito pararme a escribir sobre mi, para mi, por mi. Escribir a modo terapéutico. No estrictamente porque necesite terapia, que a lo mejor (supongo que eso debería estimarlo un psicólogo dado el caso), sino para pensar más lento, más claro, más alto, para analizar, para analizarme, para comprender, para comprenderme, para preguntar aunque nadie me responda, para preguntarme y responderme o para no responderme. Así que probablemente no escribiré en mi blog sobre todo eso. Mejor dicho, seguro que no escribiré en mi blog sobre todo eso. Ya me siento más desnuda de lo que quisiera al releer algunas de las historias que he contado en mi blog, incluso aún siendo inventadas, como para escribir a modo terapéutico aquí.. ¡Qué va, qué va! De hecho ni siquiera pienso que este peñazo que llevo escribiendo desde hace un rato, cuando en realidad tendría que estar durmiendo desde hace rato, le parezca mínimamente interesante a los pocos lectores que obviamente le quedaran a El Mundo de Angie. De hecho, seguramente por eso lo he publicado, porque no creo que nadie vaya a llegar a este renglón sin haberse aburrido antes y lo haya abandonado. Lo entendería perfectamente. Si es así, di "pa-ta-ta", jajaja.

Así que es esas estamos... en la línea de volver a escribir para mi. Por el momento, ya lo estoy haciendo ahora mismo, incluso aunque todo esta vomitera pueda no tener demasiado sentido, así que supongo que eso ya es un comienzo. Y cuando lo haga, entonces me sentiré capaz de empezar a darle forma a un proyecto de idea que ahora está "ahí", pendiente de hornear, pero que siempre me ha parecido muy atractivo y todo un reto. Y también me sentiré capaz de volver a imaginar historias, de crear otras personalidades diferentes, otras vidas. Volveré a sentirme capaz de divertirme escribiendo. Incluso sé cuál es la primera historia que escribiré: una que está a medio terminar, una que no se me ha olvidado a pesar del tiempo que hace nació su pie de comienzo. Será lo primero que vuelva a publicar aquí y confío en que no sea dentro de demasiado tiempo. Y entonces, volveré a contar historias en El Mundo de Angie.

Hasta entonces... disfruten del suyo, que la vida es corta!