25 noviembre 2013

Oídos Sordos...

Hoy se celebra el Día Internacional de la eliminación de la violencia contra la mujer. Es por eso que recupero del baúl de los recuerdos este relato, titulado "Oídos sordos" que escribí hace algún tiempo. Dedicado a todas las mujeres que lo sufren.

¡NO AL MALTRATO!

***


Oídos sordos...

El silencio de la calle sólo era interrumpido por el sonido lejano de algún coche al pasar y por el ruido de los aires acondicionados que llevaban funcionando todo el día. Eran casi las tres de la madrugada y el calor seguía siendo insoportable. Ni una gota de aire que viniera a dar un pequeño respiro a los cuerpos sudorosos que una noche más intentaban conciliar el sueño sin demasiado éxito.

Harto de dar vueltas en la cama fue al baño a refrescarse un poco: se mojó las muñecas y metió la cabeza bajo el grifo hasta que se le empapó el pelo. Algo más aliviado salió al balcón a fumarse un cigarrillo, que encendió con una calada honda para intentar calmar su ansiedad.

Era pleno agosto y como en todas las ciudades calurosas de interior había cantidad de aparcamientos libres por todos sitios y apenas ningún coche circulando. La calle estaba desierta y de no ser por el cambio cíclico de color de los semáforos el mundo parecía estar detenido.

Un hombre y una mujer llegaron en un coche que paró en el semáforo de enfrente. Ella se apresuró a salir dando un portazo y el hombre no tardó en salir tras ella gritándole.

-¿Adónde te crees que vas, zorra? ¡Vuelve al coche!
-Déjame en paz, ¡estás bebido!
-¡He dicho que vengas, coño!- le dijo zarandeándola fuertemente del brazo.

Mientras el fumador miraba a la pareja desde el balcón, la mujer escapó como pudo de aquel hombre e intentó refugiarse tras uno de los coches que había aparcados.

-Es lo mejor, no podemos seguir así.
-¡Estás loca si piensas que voy a darte el divorcio y quedarme sin nada!
-Tú no me has querido nunca.
-¡No te vas a librar de mi tan fácilmente!
-¡No aguanto más!
-¡Que te calles de una puta vez! O subes al coche o te subo, ¡elige!; pero va a ser peor que vaya yo... - profirió el hombre hecho un energúmeno.

La mujer, guiada por el miedo a que llevara a cabo su advertencia, volvió a acercarse a él.

-Tranquilízate, nos están mirando desde esa terraza.
-¡Me importa una mierda que nos miren. Si tiene agallas que baje y me mire de cerca!- vociferó mirando hacia el balcón, mientras el fumador, impertérrito, seguía asomado.
-Por lo que más quieras, ¡cállate y deja de chillar!
-Chillaré si me da la gana, ¿te enteras? ¡Tú no eres nadie para darme órdenes, que te quede claro! ¡Que sea la última vez! –respondió él dándole un puñetazo tan fuerte que la tiró al suelo, le dejó los nudillos marcados en la mejilla y le abrió una raja en el labio que enseguida le empezó a chorrear sangre.

La mujer rompió a llorar: sabía cómo terminaban las discusiones que empezaban por un puñetazo... No se sentía con la fuerza suficiente para plantarle cara a su marido de una vez por todas, así que sin rechistar, se levantó del suelo y, temerosa de que la ira de su marido creciera más aún, volvió a subir al coche.

El fumador dio una última calada a su cigarro y volvió a su habitación...



11 noviembre 2013

Eterna Ilusión..

Hace unos días reencontré algo que tenía completamente perdido por algún rincón de mi casa y me llevé una sorpresa enorme cuando cayó en mis manos.... 

Un poemilla que titulé "Eterna ilusión" y que puede ser perfectamente el primero que escribiera en mi vida... hace casi veinte años! Ñoño, ñoño, y malo, malo, jajaja, pero nadie nació sabiendo... 

Dos décadas después algo he mejorado en esto de escribir, aunque reconozco que los poemas no fueron ni mucho menos mi fuerte ni entonces ni a día de hoy. 

A pesar de ello, me apetece publicarlo en mi blog porque siempre formará parte de aquellos lejanos inicios de mi inquietud y mi pasión por escribir. 





Antaño como lejana quimera
casi de intocable alcance. 
Con el tiempo su luz se fue apagando, 
cuan llama sin vida.
Débiles rayos de luz desempolvaron mi viejo sueño;
florecía allí, en una antigua isla.
Flor de primavera, ya bella y verdadera.

Mas mi gualda rosa efímera tornóse
en violeta de oscuro color.
Tan sólo el recuerdo, 
alentado por destellos de ilusión,
quedó grabado por siempre
en mi humilde corazón.