31 julio 2008

Por Fin Llegaron las Vacaciones...

El 16 de septiembre nos vamos de concierto!!! ¡Nada más y nada menos que a uno de Madonna! ¡Qué pasada! Por fin en Sevilla un concierto de una estrella mundial, que siempre se van a Madrid y Barcelona, ejem...!
¡Desde luego, el broche de oro de mi verano! Primero a Almería a ver a mi gente (¡por finnnnnnnnnnn! después de 7 meses sin verlos!!) y a disfrutar del campamento del PAI que ya os comenté en su día (el de Axterix y Obelix); después una semanita a Escocia con mis amigos (que tenemos unas ganas tremendas de que llegue el 18, que hace mucho que no nos vamos todos juntos de vacaciones); el día 29 mi cumple (30 tacos ya... aunque yo, encantada de cumplirlos, que me encanta cumplir años :D - Indirecta directa para que os acordéis y me feliciteis, jajaja... :P-); y, por último, el concierto de Madonna, que tiene que ser alucinante el espectáculo! Tengo unos amigos que fueron a uno que dio en Roma, porque les pilló allí de vacaciones, y alucinaron durante toda la noche!
Y mientras ocurre todo esto, espero que El Mundo Se Equivoque y mi verano acabe siendo un verano aún más redondo... (ya sabes tú a que me refiero... por si lees esto y lo imprimes...;-)...)
El sábado me marcho a Almería, chicos. Intentaré escribir un poquillo desde allí que, entre que el trabajo (y lo que no es el trabajo...) me ha tenido absorbida por completo y que ahora me voy de vacaciones hasta el día 25, he escrito poquísimo este mes.
¡¡¡Feliz Verano/Invierno a todos!!!
¡"Vuelvo en 5 minutos"!

18 julio 2008

Bienvenidos a la República Independiente de mi Mente...


15 días, trabajo, confidencias, helados, miedos, La Primitiva, excusas, facturas, Almería, cervezas, fisio, confesiones, cucarachas, besos, insomnio, esperas, dinero, espinitas, risas, tic-tac, encuentros, piscina, dolores menstruales, vicios, Cádiz, nudos de estómago, decepciones, gimnasio, crisis, fiestas ibicencas, secretos, despedidas, El Mundo de Angie, sorpresas, desesperaciones, boom-boom, playa, miradas, bodas, David DeMaría, escapadas, niños, mentiras, pasados, mariposas, responsabilidades, festivales de carnaval, pasiones, silencios, nervios, pimientos, impuestos, cumpleaños, stress, peleas, más trabajo, PAI, incertidumbres, vacaciones, O’Neill, ansiedades, futuros inciertos, Escocia, reencuentros, llantos, Arrecife de las Sirenas, deseo, coches nuevos, verdades, calor, Bustamante, cartas sobre la mesa, recuerdos, domingos de descanso, amigos, cine, dudas, familia, cafés de mediodía, sueños, ¿y ahora qué?, ¿y después?... continuará...
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(Basado en la idea original de María la Magdalena: http://www.unrincondesur.blogspot.com/)
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15 julio 2008

El Tiempo Pasa, Corre, Vuela y Se Detiene...



Aunque ya sé que el tiempo es una magnitud física inventada por el hombre, en los últimos tiempos (nunca mejor dicho..), es un tema que me trae loca, quizá, hasta un poco obsesionada.

Bicheando por la Wikipedia, he visto que un tal Renny Yagosesky (a lo mejor el tío este es super famoso, disculpe mi incultura en la materia Sr. Renny..), dice que el tiempo es un factor de impacto y stress en la vida cotidiana, pues las personas tienden a desear disponer de más tiempo para vivir, para trabajar o para divertirse. (permítame que discrepe con usted en lo de que las personas tienden a desear disponer de más tiempo para trabajar más. No, no, no, usted perdone, pero... al menos yo soy cuasi-alérgica al trabajo...).

En fin, a lo que iba, que me desvío del tema...

Yo creo que este señor lleva razón en aquello de que el tiempo es un factor de stress. A mi desde luego, últimamente, me lo está causando. De hecho, acompañado lógicamente de otros muchos factores, hasta está causando estragos en mi. Al menos, suerte que algunos de esos estragos me están viniendo bien para el bikini, porque no tengo demasiado apetito últimamente.

El caso es ese, que el tiempo me trae loca. Tengo la sensación de que, últimamente, el tiempo controla mi vida más de lo normal. Mi cuerpo pareciera estar convirtiéndose en un reloj manejado por las agujas de mi vida, unas agujas que, irremediablemente, me atan a un pasado y un futuro presentes en mi presente; o en un reloj de arena, una arena que se escurre entre mis dedos a su total antojo.

Hace poco, os contaba que pensaba que el tiempo, a veces, no pone las cosas en su sitio. Y tuvimos un interesante debate sobre el tema. Sigo pensando lo mismo, aunque he de reconocer que mi postura se ha desrradicalizado un poco, debido a una serie de circunstancias que, si me permitís, me reservaré para mi.

En un espacio muy corto de tiempo, he deseado que el tiempo se detuviera eternamente en un instante. Un instante que no deseaba que acabara nunca. Un instante que me parecía mentira estar viviendo. Un instante de felicidad.

He deseado también que las agujas del reloj echaran marcha atrás, empezando a desandar un largo camino, que me condujera de vuelta a un determinado momento de mi vida, llegando incluso a retroceder varios años, sólo por la vana ilusión de que el destino repartiera sus cartas entre los jugadores de forma diferente a como lo hizo en su momento.

He vuelto a desear que el tiempo se detuviera de nuevo, que pasara tan lento que pareciera no transcurrir, a pesar de saber bien que eso es imposible.

Ahora lo que deseo es que el tiempo no sólo pase, sino que vuele! Hoy me parece que las agujas tardan una eternidad en darle la vuelta al reloj. Y, paradójicamente, por momentos, deseo lo contrario, que no se detenga pero que no avance, porque me da miedo que la arena del reloj termine de pasar al otro lado.

Ese Tic-tac que, por momentos, parece que se congela y por momentos se derrite, los inquietos latidos de mi corazón y mi acelerada respiración cada vez que lo pienso, creo que van a acabar por volverme loca de atar!

Pero la realidad es que, nada de lo que yo desee acerca de esto, ocurrirá. El tiempo transcurrirá a su ritmo, sin más, importándole un pimiento las influencias y las consecuencias que traerá o se llevará de mi vida.

¡Dichoso el hombre que tuvo la genial ocurrencia de inventar tan estresante magnitud!



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10 julio 2008

Extrañamente Sereno...

Hoy quiero compartir con todos vosotros un pequeño relato de un amigo, al que también le encanta escribir. Yo le digo siempre que se anime a hacerse un blog, que se le da bien esta bendita locura de escribir. A ver si un día de estos lo convenzo. A ver qué os parece a vosotros.


"Cuando abrí los ojos me encontré extrañamente sereno.

Al incorporarme crucé mi mano casi instintivamente hasta el lado izquierdo de mi pecho. Y no lo sentí. Miré mi mano para asegurarme que era la mía. La lamí y me supo al hierro que trabajaba todos los días. La acaricié. La apreté mientras la observaba. La sentí.

Cambié de mano pero, esta al igual que la hermana, sólo me devolvió indiferencia. Las miré como se las mira alguien que acabara de pintarse las uñas. Les di la vuelta para asegurarme que las líneas seguían allí. Me encontraba extrañamente sereno.

Me levanté, en silencio, para hacer el camino descalzo, hacia la otra habitación. Noté como el dobladillo del pantalón del pijama me rozaba en el tobillo y sentí un estremecimiento que recorrió mi cuerpo. De la ventana me llegó el aroma a tierra mojada. Hacía frío.

Los pies daban cuenta de cada una de las imperfecciones de la fría y blanca losa de mármol, mientras me acercaba al espejo que todas las mañanas me devolvía mi reflejo con la honesta crueldad de un niño.

Al ver mi pecho por fin lo entendí. Anoche te llevaste mi corazón. Y me encontré, extrañamente sereno."

04 julio 2008

Todas las bromas...



Tengo una amiga que tiene una teoría que yo comparto 100%.

Le escuché una frase hace muchos años que se me quedó grabada en la cabeza porque, en mi opinión, lleva toda la razón. Tengo otras amigas que no están muy de acuerdo con ella pero yo creo que se equivocan...

La frase en cuestión es la siguiente:
“Todas las bromas llevan un porcentaje de verdad”.

Y yo creo que es “más verdad que ajú” como se dice por aquí.

Obviamente, hay muchos tipos de broma; por eso el porcentaje de verdad que lleva cada una varía.

Por un lado, están las bromas sanas y sin maldad, que en este momento no se me ocurre ninguna, pero que no van más allá de lo que son, una simple broma. Esas, probablemente, llevan entre un 0’01 y “0’algo” de verdad.

Pero luego están las otras. Las bromas que no son tan en broma. Las bromas del “toma, ahí lo llevas...”. Esas que gastas cuando alguien, en el momento o tiempo atrás, te ha dicho algo (casi siempre en broma también) que, en el fondo, te ha molestado y que, por los motivos que sea, la cosa ha quedado ahí, en el aire.

Entonces, cuando aparece la ocasión de “devolverla” tú le dices algo “en broma” pero que, en realidad, se lo estás diciendo con un trasfondo totalmente cierto.

Son las bromas que luego cuando se la cuentas a otras personas casi siempre va acompañada de una frase tipo... “sí, tu sabes, estábamos hablando y me dijo bla, bla, bla y entonces yo le solté otro bla, bla, bla, así con el cachondeo pero se lo solté..”

A mi entender, desde luego, ese tipo de bromas, por supuesto que llevan un tanto por ciento de verdad y, a veces, más que elevado. ¿No creéis?


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01 julio 2008

Consejos de niños...


1. Nunca le confíes a tu perro que cuide tu comida. Patrick, 10 años.

2. Cuando tu papa esté enojado y te pregunte “¿Qué, parezco un idiota?”, no le contestes. Sally, 11 años.

3. Nunca le digas a tu mamá que la dieta no le está sirviendo. Michael, 14 años.

4. No comas demasiadas ciruelas pasas. Randy, 9 años.

5. Nunca orines en una cerca eléctrica. Robert, 13 años.

6. No te pongas en cuclillas si estás usando espuelas. Noronha, 13 años.

7. Si sacaste una mala calificación en la escuela, enséñasela a tu mamá cuanto esté hablando por teléfono. Alyesha, 13 años.

8. Cuando tu mamá esté enojada con tu papá, no dejes que cepille tu cabello. Taylia, 11 años.
9. Nunca dejes en el mismo cuarto a tu tarea y a tu hermanito de tres años. Traci, 10 años.

10. Los perros tienen mal aliento, aun después de darles una pastilla de menta. Andrew, 9 años.

11. Nunca agarres a un gato si tienes un plumero en las manos. Kyoyo, 9 años.

12. No es posible esconder un pedazo de brócoli dentro de un vaso de leche. Armir, 8 años.

13. Si quieres que te den un gato, primero pide un ponny. Naomi, 15 años.

14. Los marcadores de tinta no sirven como lápiz labial. Lauren, 9 años

15. No molestes a tu hermana si tiene un bate de béisbol en las manos. Joel, 10 años.

16. Nunca trates de bautizar a un gato. Eileen, 8 años.


La aplastante lógica de los niños, jajajaja...
Feliz Martes!