23 diciembre 2010

Rebelión (III) - El desenlace de la Historia...


Isa, Luis, Águeda y Diego se miraron al instante. Les contaron lo sucedido horas antes, pero parecía que nadie les echaba demasiada cuenta. Cuando hubo que ir por un poco más de hielo, nadie quería levantarse y lo echaron a suertes.

-¡Vaya por Dios, siempre me toca a mi! –refunfuñó Águeda- Pues venid conmigo, que yo no me atrevo a ir sola –protestó dirigiéndose a Isa y a Luis.

Cuando llegaron a la cocina, del grifo del fregadero pendía un hilo de agua, pero ni siquiera se atrevieron a hablar: cogieron el hielo a toda prisa y volvieron. Cuando lo contaron, de nuevo nadie les creyó, dado que Luis y Diego llevaban todo el campamento bromeando con Sor Cándida.

Ya de madrugada recogieron todo y se fueron a dormir. Subieron las escaleras a la luz de un pequeño quinqué que usaban para no despertar a nadie, pues los niños y algunos monitores dormían desde hacía rato. Del miedo que les entraba al pensar en lo sucedido ni siquiera se atrevieron a ducharse solos en el silencio de la noche, por lo que se fueron directamente a la habitación. Los cuatro amigos dormían juntos; Diego dormía al lado de la ventana con una linterna enganchada en la mano, porque siempre se levantaba durante la noche para ir al baño y así no se tropezaba con nada ni hacía ruido. Como estaban agotados, enseguida se durmieron y cayeron en un profundo sueño. De repente en mitad de la tranquilidad de la noche Diego pegó un salto de la cama, encendió la linterna alumbrando hacia la ventana y gritó a todo pulmón... “¿Quién anda ahiiiií!”. Los tres se despertaron tremendamente sobresaltados.

-¡Diego, por Dios, qué diablos haces? –gritó Luis.
-¡He visto a Sor Cándida en la ventana! –respondió nervioso.
-¿A Sor Cándida? ¡Anda ya, no digas tonterías! ¿Cómo vas a ver a Sor Cándida? Aquí no hay nada –dijo Isa asomándose por la ventana.
-¡Estaba ahí! Con la cara pálida, un rosario en la mano y mirándonos fijamente. ¡Os juro que la he visto!
-Diego, habrá sido una pesadilla. Es normal después de la sesión de sustos que hemos tenido hoy... Sigamos durmiendo, por favor, que sólo quedan tres horas para que nos suene el despertador –le dijo Águeda intentando tranquilizarlo.

Con alguna que otra dificultad consiguieron volver a dormirse. A la mañana siguiente sonó el despertador muy temprano, se dieron una buena ducha para despabilarse y empezaron un nuevo día de campamento. La jornada transcurrió sin el menor atisbo de extrañezas: no más grifos abriéndose y cerrándose, ni más ruidos extraños, ni más sobresaltos en la noche. Ni tampoco durante los días que quedaban de campamento. Si la casa tenía duendes o fantasmas juguetones o a una Candi con ganas de bromear, sin duda parecía que se habían cansado ya de jugar con ellos. Y como no había vuelto a pasar nada extraño no le dieron más importancia al asunto.

El último día de campamento, cuando estaba ya todo recogido, y los niños y monitores montados en el autocar, sólo quedaban en la casa Isa y Águeda, que estaban revisando que todo estuviera correcto y quedara ordenado. Una vez terminada la inspección de cada habitación, fueron a la suya a recoger sus mochilas y bajaron; a mitad de las escaleras, Isa se acordó de que había olvidado una carpeta con papeles en la habitación. Cuando volvieron por ella...

-¿Cómo ha llegado el crucifijo a la mesilla de noche, Águeda? ¿Lo has puesto tú ahí?
-¿Yo? ¡Qué va, por qué iba a hacer yo eso!

Por unos instantes el silencio se apoderó de la habitación y del resto de la casa.

¡Otra vez no! –exclamaron las dos mirándose atónitas.

Sin mediar palabra Isa cogió la carpeta y bajaron a toda prisa. Cerraron con llave y subieron al autobús rumbo a Almería.

*****

¡Espero que la espera haya merecido la pena y que os haya gustado el relato! Como dije al principio de la historia, está basado en hechos reales... uhhhhh....

Volveré la semana que viene.

¡Que disfrutéis mucho de las fiestas!

¡FELIZ NAVIDAD!


9 comentarios:

Anónimo dijo...

No paras ni por estas fiestas? Ojú, qué mujer!

Ħαррy єyєs dijo...

feliz navidad angie^^

Anónimo dijo...

Hay fantasmas de lo más juguetones y les da por gastar bromitas...
¡Feliz Navidad a ti también! Besotes!

ALBINO dijo...

Y llego la tercera parte de un relato con intriga, pero en el que tambien encontré su porción de humor.
Me gustó mucho y ahora tendré que revisar yo las grifos de mi casa cada noche, porque no me fio de sor Cándida ni de los espíritus que la rodean.
Un beso y felic año nuevo, porque la navidad, una vez más, ya se quedó atras.

Nacho Rodríguez dijo...

Recuerdo cuando contaste esta historia, pero así novelada es más divertida.
Muchas felicidades, Angie.

J.M. Ojeda dijo...

¡Hola Agie!
Un relato, entretenido.

Saludos de J.M. Ojeda.
Buen Año.

Unknown dijo...

MENDA:

Bueno, sí que paro, jejeje, que llevaba días sin entrar en el blog...

Pero te ha gustado la historia o no???

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HAPPPY EYES:

Igualmente!

Y lo mismo que le digo a Menda: ¿te ha gustado el relato o no?

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IPODGIRL:

Da miedo pensarlo, eh? jajaja...

Feliz Año (que ya felicitar la navidad se ha qeudado atrasado, jeje)

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ALBINO:

Pues yo ahora que han pasado varios años me río pero en su momento.... uhhhhhh....

Me alegro que te haya gustado y entretenido, esa era la intención! :)

Y ya sabes... ¡Cuidado con los grifos! Nunca sabes cuándo les puede dar por rebelarse, jajaja...

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SATIE:

Qué buena memoria! ya la conté hace tiempo! jeje..

Yo pienso que también ha ganado convirtiéndola en relato! :D

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MUCHOS BESOS Y FELIZ AÑO A TODOS.
ANGIE.

Unknown dijo...

J.M. OJEDA:

Ups! que me dejé atrás tu comentario...

¡Estupendo! Como le he dicho a Albino, es era la intención principal: conseguir engancharos y entreteneros!

¡Bienvenido a mi blog, vuelve cuando gustes!

Besos. Angie.

Unknown dijo...

RICARDO MIÑANA:

¡AMEN!

Besos. Angie.